viernes, 19 de julio de 2013

Viaje, nueva vida

Nueve de la mañana ya en camino, me había levantado temprano, ya desde las cinco, se me dificultaba dormir, nunca descifre si era ansiedad, miedo o solo ganas de partir. Me hizo acordar a cuando de  chico en el colegio teníamos que ir a una excursión o algún evento y me levantaba antes con algo en el estómago una sensación rara, claro está que eran situaciones distintas hoy estaba escapando, igual me hizo acordar a esos días de infancia. Pasada las once cruzo alguien en el camino que con la seña del pulgar me pide de alcanzarlo hacia una dirección, paso de largo aunque dudo en frenar, ¿ por qué será que siempre quiero hacer algo por alguien en momentos que me siento una rata?
Ya cada vez se ve menos personas pidiendo que los alcancen a distintos lugares,  y creo que hubiera sido más poético si huía pidiendo que me lleven a cualquier lugar, que tal vez era peor hacerlo en auto, creo que lo mejor sería dejar el auto en cualquier lado y salir caminando a cualquier lugar, aunque no lo hago. Me pongo como idea si encuentro a alguien ayudarlo y llevarlo a algún lugar,
Al medio día estaciono a comer, en una estación de servicio, no porque estaba de paso, sino porque quería un lugar que me haga sentir lo que estaba viviendo, ahora creo que debería haber buscado un lugar donde vayan a comer los camioneros, creo que debo buscar esos lugares para mis próximas parada, pago en efectivo ya no puedo usar más mis tarjetas, aunque no me anime a romperlas creo que es porque tengo tiempo de volver de dar marcha atrás, y que nadie se dé cuenta de lo que paso, o de lo que estuvo cerca de pasar, pero intento no pensar , me conozco sé que si sigo así voy a volver, ya lo había estirado demasiado, me había tomado tiempo, no podía dejar atrás todo el esfuerzo que hice para animarme y tomar la decisión de partir para ahora dar marcha atrás.
Ya por la tarde cruzo a dos personas, una pareja joven, que me pedían si los podía llevar, no freno y sigo de largo, me pongo a pensar en si estarán escapando ambos, tal vez decidieron partir a cualquier lado junto algún problema que los obliga a irse sin saber a dónde, pienso lo bueno que debería ser escapar con alguien más a mi lado, aunque creo que hubiera arruinado mi viaje. Al rato veo una chica pidiendo que la lleven, aunque lo dudo freno para llevarla, creo que tenía ganas de hablar con alguien o creía que podía pasar algo, parecía una buena aventura, cuando freno me dice que quiere ir a Chile, le digo que no llego hasta allá pero la puedo alcanzar bastante.
Voy hasta Potrerillo, se me ocurre el lugar que la ayude a ella a cruzar, justo recuerdo que de chico fui con mi familia a disfrutar de la nieve, y que el cruce a Chile quede para ese lado, sabía que no era muy lejos y la idea de quedar cerca de otro país me entusiasmaba.
El viaje no fue lo que pensé no pudimos hablar mucho ya que se durmió gran parte, cuando estábamos llegando me contaba que se iba a Chile a buscar un novio que tenía allá, al comienzo creí que me lo decía para que no crea que iba a estar con ella, tenía una historia conflictiva de peleas y peleas por todo. Al llegar a Potrerillo estaba convencido que mi oportunidad era viajar a Chile, pero antes tenía que pensar la forma, lograr de alguna manera que me roben el auto para que no quede tan cerca de Chile y cruzar de país sin mi documento, pensé que con plata se podía arreglar casi todo.
Luego de googlear un poco descubro que es más fácil pasar ilegal de lo que yo creía y que hay mucha información, el problema va ser conseguir documentos del otro lado pero eso ya veré como arreglarme, ahora tengo que ir a Mendoza ya que Potrerillo no hay nadie y debía esperar hasta el otro día.
Una vez en Mendoza ya de noche, alquilo una habitación la cual me salió muy barata, busque en hotel más alejado de la ciudad, y dejo el auto con la llave en la puerta, tal vez alguien que lo vea y lo robe ayude a despistar donde este.
Espero un tiempo, pero la ansiedad me gana quiero seguir, salgo del hotel no puedo dormir me voy a caminar esperando al volver que ya no esté más el auto, encuentro un bar y entro a tomar unas cervezas, adentro un lugar feo mesas chicas distintas sillas y algunos viejos viendo partidos de fútbol de la década del 90' en un tele 14' pulgadas con botonera, salgo por la calle y luego de caminar un rato largo me imagino que tal vez era lo mejor ir pidiendo que me lleven y dejar el auto y el hotel sin mirar atrás, son las cinco de la mañana y tal vez por esta nueva idea de cruzar el país vuelvo a sentir una sensación rara, dudo si tiene algo que ver las cervezas, al relajarme unos minutos después creo que era el momento que espere para fumar un cigarrillo, hacia siete años que lo había dejado, pero estaba convencido que tenía que encontrar el momento justo para fumar de nuevo , y lo había encontrado, tal vez mi nueva vida en Chile era de un fumador.  Veo el quiosco a una cuadra cruzo la calle y veo un auto que cruza en rojo rápido e inevitablemente se cruza conmigo, siempre pensé que esos momento el tiempo se hacía más lento, pero paso más rápido no logre ver el auto, y una vez en el suelo pensé que era mi auto, alguien robo mi auto intento huir tal vez con miedo que alguien lo allá visto y que lo denuncien, y si paraba para rescatarme lo iban a detener, o quizás es que la policía lo estaba siguiendo por eso paso rápido y del golpe no puedo escuchar nada.

Quería vivir, quería saber que pasaría si me encuentran así, que explicación tendría que dar, no había pasado mucho tiempo desde que me fui, pero alguien seguro ya me estaba buscando, no me puedo mover y el dolor casi no se siente, escucho gente y gritos logro ver un auto golpeado contra la pared de una casa, no era mi auto. Pienso que tal vez debería haberme quedado en Potrerillo, me imagine una vida ahí, un lugar tranquilo cerca del lago, la montaña y creí que era lo que estaba buscando.

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